Desmontando mitos sobre salud bucodental

Desmontando 10 mitos sobre la salud bucodental

Hoy, os traemos una selección de los argumentos-mitos que más escuchamos acerca de la salud bucodental para desmontároslos. Confía siempre en la opinión de un profesional y, si tienes cualquier duda, sabes que nuestros dentistas de la clínica en Cerdanyola están encantados de atenderte.

#1. “El cepillo eléctrico es mejor que el manual”

Falso. Lo importancia no reside en el tipo de cepillo, sino en utilizar la técnica de limpieza correcta. Lo mismo da si optamos por uno manual o si preferimos la comodidad del eléctrico, puesto que en ambos casos deberemos de asegurarnos que la limpieza está siendo correcta. ¿Y cómo debe ser? Ya te contamos cómo realizar una correcta higiene bucal.

#2. “Los cepillos duros y los enjuagues fuertes son mejores”

Falso. De hecho se podría decir que es al contrario. Es cierto que si se sabe utilizar correctamente un cepillo duro, se pueden conseguir muy buenos resultados. Sin embargo, también es posible conseguirlos con cepillos suaves o de dureza media, a la vez que nos evitamos el riesgo de que, como puede ocurrir con los duros, se produzca un desgaste del esmalte o retracción de las encías. En cuanto a los enjuagues, aquellos fuertes con un alto contenido de alcohol no son muy recomendables porque pueden producir sequedad, modificando la cantidad y calidad de la saliva.

#3. “La alimentación no guarda relación con la salud bucodental”

Falso. Hace unas semanas te contamos en este blog qué alimentos, consumidos en exceso, pueden ser perjudiciales para tus dientes y bocas. Es importante que los conozcas y controles su ingesta.

#4. En la línea del anterior mito… “Beber agua no es importante para la salud bucodental”

Igualmente falso. El objetivo de la generación de saliva es cuidar los dientes y la boca de bacterias. Para que las glándulas la produzcan es importante beber agua.

#5. “Mascar chicle sustituye la higiene bucal”

Masticar chicle después de una comida favorece la secreción salival, importante por lo que justo acabamos de comentar en el #4. De ahí a afirmar que un chicle es sustituto de un cepillado con dentífrico e hilo dental, hay un gran paso. El chicle solo sería buena opción en casos excepcionales en los que sea imposible realizar un cepillado.

#6. “El sangrado de encías es normal”

El sangrado de las encías nunca es normal. De hecho, es un indicativo de que algo no va bien en nuestra boca. Ya dedicamos un post a los problemas en las encías. La mayoría de pacientes creen, de manera errónea, que el sangrado se debe al tipo de cepillo (duro) o a la técnica empleada. Dejar pasar el tiempo y el problema solo hará que se agrave y, en el caso más extremo, provocar la pérdida de dientes.

#7. Otra versión del #6: “No me cepillo los dientes porque me sangran las encías”

Una de las causas más frecuentes del sangrado de las encías es la acumulación de bacterias. Por ello, además de programar una visita con nuestros dentistas en Cerdanyola, es importante que la persona con este problema realice un cepillado más meticuloso y profundo.

#8. “El mal aliento se debe a problemas estomacales”

Falso. El mal aliento o halitosis se origina en un 85-90% en la cavidad oral, procede, principalmente, de la presencia de determinadas bacterias en la boca y desaparece, en la mayor parte de los casos, tras una correcta higiene dental que implica la limpieza de dientes, encías y lengua después de cada comida y con el uso de hilo dental como complemento.

#9. “Cumplidos los 18 años, lo mejor es sacarse las muelas del juicio”

Falso, puesto que las muelas del juicio solo serán necesarias de extraer en aquellos casos en los que su aparición provoque dolor o genere infecciones.

#10. “Solo voy al dentista si me duele algo”

Hemos reservado para el final este argumento que tantas veces oímos y que tan erróneo nos resulta. No pocas veces hemos apuntado que la frecuencia deseada de visitas al dentista para hacer revisiones y limpiezas periódicas es de cada 6 meses o, al menos, una vez al año. Solo con una limpieza bucal realizada por un higienista y una revisión llevada a cabo por un profesional se puede actuar de manera preventiva.