En el primer post del blog, hablamos de los principales hábitos que perjudican nuestra salud bucodental. Uno de ellos era utilizar cepillos de filamentos demasiado duros, causantes del debilitamiento y erosión del esmalte.
Es importante conocer el nivel de sensibilidad de nuestras encías y elegir la dureza del cepillo de dientes de acuerdo con esas características. Por ello, en el post de hoy nuestros dentistas en Cerdanyola os dan algunas pistas para que conozcáis los efectos del cepillo sobre vuestros dientes.
Los cepillos de dientes se pueden clasificar según:
- la dureza de sus filamentos (dureza suave, media y alta)
- la medida del cabezal (pequeño y grande)
- y el mango (anti-deslizante y flexible)
Cada boca y cada dentadura es un mundo así que, para asistir casos concretos, es mejor acudir a un profesional (puedes preguntarnos tus dudas o pasarte por nuestra consulta). Por lo general, para una persona con una salud bucodental correcta sería aconsejable un cepillo de dureza media, con cabecera pequeña y mango anti-deslizante.
La dureza media del cepillo consigue quitarnos la placa bacteriana con eficacia pero sin arrasar ni dañar nuestro esmalte natural. El cabezal pequeño, nos permite llegar hasta los rincones más alejados y asegurarnos de que hemos hecho una buena limpieza. Y el mango anti-deslizante nos aporta seguridad a la hora de manejar el cepillo y conseguir, así, una mejor limpieza.
Tal vez os estáis preguntando, ¿y qué hay del cepillo de dientes eléctrico?
El cepillo eléctrico es más eficaz a la hora de limpiar la placa bacteriana porque además de llegar a todos los rincones controla la presión y ritmo rotativo. Con esta tecnología, también evitamos dañar nuestro esmalte. Además, el cepillo eléctrico es una muy buena opción para aquellas personas que tienen movilidad reducida.
Como último consejo, también os queremos comentar la frecuencia con la que es aconsejable renovar nuestro cepillo de dientes. El indicador principal para saber que es hora de cambiarlo es el nivel de desgaste de los filamentos. Si no, el periodo estipulado y recomendado para ello es cada tres meses.